La sociedad consumista y sus terribles consecuencias
ELEMENTOS CONTEMPORÁNEOS:
SINOPSIS: A principios del siglo XXI la Tyrrell Corporation ha creado robots virtualmente idénticos a los humanos llamados "replicantes". Siendo más fuertes que humanos e igual de inteligentes, son declarados ilegales en la tierra. Una brigada policial especial, los Blade Runners, están encargados de encontrar y eliminar replicantes renegados en la tierra. Cuando un grupo peligroso de replicantes se escapan a la ciudad de Los Ángeles, el Blade Runner Deckard es encargado de encontrarlos y eliminarlos.
LA "SOCIEDAD CONSUMISTA": Blade Runner, un clásico del futurismo distópico por excelencia, nos sitúa en un porvenir hipotético marcado por diversos avances tecnológicos. A lo largo de la película, se nos muestran diferentes planos de una "ciudad del futuro" en la que abundan los edificios altos y lúgubres, coches voladores y enormes posters publicitarios. Esta ciudad ficticia no dista tanto de las actuales capitales modernas, recordando a ciudades como Nueva York, siempre transitada e iluminada por sus miles de edificios. En un par de escenas, podemos apreciar varios carteles luminosos, en su mayoría publicitarios (véase imagen derecha) muy similares a los que podríamos encontrar en Times Square o en Picadilly Circus, especialmente este de Coca-Cola. Esta alusión a una bebida aún popular hoy en día nos da a entender que incluso en este futuro ficticio existe una necesidad de consumo de este tipo de productos y por ende existe la necesidad de espacios publicitarios extensos que den pie a la competencia perfecta (o imperfecta) en el mercado. Al igual que hoy en día, en el universo de Blade Runner es posible suponer que la sociedad todavía esta dictada por un consumismo masivo. El consumismo, por definición, es la compra o acumulación de bienes y servicios considerados no esenciales. El consumismo a gran escala en la sociedad contemporánea compromete los recursos naturales y la economía sostenible.​
LAS TERRIBLES CONSECUENCIAS: El consumismo excesivo puede acarrear graves daños en el ecosistema mundial, y esto lo llevan avisando desde 1982. En esta ciudad futurística, lo primero que llama la atención es su clima característico. Excesivas lluvias, cielos grises apagados y una neblina de polución constante son señales de que en este mundo que estaba por venir el medio ambiente había sido peligrosamente dañado. Este daño creado da a entender que en el futuro la contaminación industrial no solo se mantiene debido al supuesto consumismo masivo, sino que aumenta significativamente, como podemos ver en varios planos de la película en los que podemos observar una cantidad considerable de fábricas y luces artificiales. Esta interpretación no se aleja demasiado de la realidad, en la que tristemente los avances para evitar las consecuencias del cambio climático son superados por la producción industrial masiva y los gases de efecto invernadero. Desde luego esta advertencia de que esta distopía puede convertirse en realidad y de que los actos humanos tienen consecuencias no debería ser ignorada.